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Yuri & Lolita por Ernesto Campanile

Yuri & Lolita por Ernesto Campanile

¿Ustedes saben quièn fue Lolita Torres? Bueno, supondrè que saben quièn fue. En Canal 7 pasan un ciclo de pelìculas argentinas de los años 30 al 50. El ciclo se titula “Cine de barrio” y tiene el objetivo de mostrar el cine de aquellos años, con sus argumentos, actores, directores, mùsicos... Y al finalizar la pelìcula se entrevista a alguien para hablar de lo que se viò.  Pasaron una pelìcula de Lolita Torres (no la vì y no pude pescar el tìtulo) pero sì vì la entrevista. Era a un tal Mario Gallina, autor de una biografìa de LT. Este hombre se apareciò con fotos y cartas. Y contò esto. En los años en que esta mujer tenìa aquì un suceso enorme, llegò una comisiòn del cine soviètico a comprar pelìculas argentinas. Era una comisiòn que buscaba pelìculas por el mundo (excepto el norteamericano y el europeo) para distribuir en la URSS. Buscaban especialmente pelìculas que no llevaran un mensaje polìtico explìcito y que, a su vez, fuesen musicales o en las cuales la mùsica tuviese papel protagònico. Compraron pelìculas de LT (absoluta desconocida para ellos y para el pùblico soviètico). Y hete aquì que las pelìculas que llevaron tuvieron tal èxito, que el primer año las vieron casi dos millones de espectadores. A partir de ahì los sovièticos compraron cada película que filmaba LT.  En Argentina se desconocìa totalmente este suceso. La propia LT lo desconocìa. Obviamente la invitan al Festival de Cine de Moscù, pero por otros compromisos ella no puede asistir. Sin embargo, la representación argentina que asiste es testigo del èxito descomunal de esta mujer, y a su regreso al paìs se lo comunica y le recomiendan que no deje de asistir al festival del año pròximo (estoy hablando de los años ‘50). Efectivamente, al año siguiente ella va. Al acercarse al aeropuerto de Moscù, el piloto la invita a la cabina. Y allì ella observa una multitud al costado de la pista y pregunta “¿A quièn espera esa gente, a Elvis Presley?”. Y la respuesta es: “No, la esperan a usted”. La esperaban unas 30.000 personas. Obviamente fue la estrella del festival.  LT estableciò a partir de allì un lazo muy afectivo y afectuoso con el pùblico soviètico y visitò la ex URSS un par de veces màs, siempre con el mismo èxito. Un èxito verdaderamente inesperado y casi incomprensible. La teorìa màs “razonable” parece ser èsta: el pùblico estaba acostumbrado a un cine militante, de fuerte compromiso social, donde la presencia de la construcciòn de la naciòn, del amor a la Santa Madre Rusia, de la lucha y del esfuerzo, la lucha contra el nazismo, la invasiòn alemana, en fin... hasta las historias de amor (vgr. Pasaron las grullas) estaban enmarcadas en ese àmbito. O bien eran pelìculas basadas en los grandes clàsicos: Dostoievsky, Chejov, Gorki, Shakespeare, Pushkin... Y de pronto se encontraban esta mujer, con historias en las que la protagonista era una chica simple, simpàtica, cuya ilusiòn era enamorarse, cantar y bailar... y eso debìa funcionar como algo que descomprimìa... en fin, es una teorìa... no hay ninguna investigaciòn hecha sobre esto... lo que sì se sabe es lo que efectivamente sucediò: el clamoroso èxito... Ahora bien, no es especialmente esto lo que querìa contarles, sino el “remate” de esto. A comienzos de los ‘60 el astronauta soviètico Yuri Gagarin es el primer ser humano en salir al espacio exterior en una nave tripulada. Da una circunvolución a la Tierra y regresa. Un èxito total. Yuri Gagarin se transforma en un hèroe mundial de la noche a la mañana. Era la encarnaciòn de las historias de ciencia ficciòn. Su figura y su fotografìa (lo recuerdo siempre sonriente) aparece diariamente en los noticieros y periòdicos de todo el mundo.  Asì la cosas, Lolita Torres recibe una carta de Yuri Gagarin en la que le pide una foto autografiada. Se imaginaràn la sorpresa de ella... se siente tan soprendida y casi apabullada que le responde que siendo èl un hèroe mundial, le da vergüenza enviarle su foto. Èl entonces le responde enviàndole su foto autografiada y proponièndole un canje por una foto autografiada de ella. Y la acompaña con una carta en la que le escribe (en castellano): “Yo no soy un hèroe mundial, yo soy su admirador nº 1. Y quiero que sepa esto, la primer mùsica humana que se escuchò en el espacio exterior es la de su voz y su mùsica. Porque cuando yo estaba allì, la escuchaba. Porque la llevo grabada en mi pensamiento y en mi corazòn”. Por supuesto que ella le envìa su foto y le escribe que la habìa emocionado muchìsimo y que sentìa que nunca le habìan dicho algo tan hermoso en toda su vida... ¿Què me cuentan? ¡Todo un poeta romàntico este Yuri!  

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